Capítulo 27.
Hyuwon estaba sentado en el sofá de la sala de la oficina, observando las noticias en su teléfono pero en cada una de las páginas informativas solo mencionaban la boda del gran importante Ceo; Jeon Jungkook.
—¿Acaso no hay nada mejor? —cuestionó algo molesto, sólo le aparecían fotos de él y unas junto a su prometido.
Le entró una llamada así que aceptó. Llevó el aparato a su oreja y contestó.
—Buenos días señor.
—¿Qué pasa? —contestó de mala gana.
—Lamento molestarlo, pero ya conseguí la información que me pidió —avisó Yeosang, él era uno de los hombres que trabajan para Hyuwon, pero a diferencia de los demás este era su mano derecha.
—¿Qué información? —rascó su frente.
—Sobre el padre de ese tal Park Jimin.
—Cierto, lo había olvidado. Dime todo.
—Sí, su nombre es Park Sungyeol y actualmente sigue viviendo aquí. Durante toda su vida ha sido un hombre que vive por su adicción al alcohol y al juego, recientemente perdió su empleo y anda metido en varios problemas debido a sus apuestas, debe bastante dinero, millones.
—¿En serio?
—Sí señor, le debe a tipos bastantes peligrosos.
—¿No tiene contacto con su hijo?
—Hace muchos años que lo abandonó, creo que a los seis o siete años, así que no tienen contacto desde entonces.
—¿Qué tal un reencuentro entre padre e hijo?
—¿A qué se refiere señor?
—Un mal padre que es adicto llega a buscar a su hijo que abandonó luego de tantos años y un hijo que está dañado emocionalmente debido a que él está a punto de casarse. ¿No crees que sería lindo un encuentro entre ellos?
—Supongo que sí.
Hyuwon empezó a reírse al imaginar ese encuentro tan hermoso, sería una buena venganza para Jimin luego de que se burlarse de él aquel día en la mansión, pero lo que le causaba aún más gracia no solo era eso sino lo otro que posiblemente provocaría, ese chico podría quedar tan mal por la vista de su padre que a lo mejor después no querría casarse.
—Encuentra al adicto ese, dale la fecha y la hora de la boda. Dile que su hijo está apunto de casarse con alguien sumamente millonario —ordenó—, seguramente vendrá como piraña.
—Muy bien señor, así será.
—¿Y de lo otro que te pedí?
—Aún no sé si es él, le avisaré cuando mi fuente tenga la información.
—Bien —cortó la llamada y suspiró hondo—. Bueno, por lo menos ya tengo como fastidiarlos en su día —dijo con una sonrisa malévola—, espero sea un lindo regalo de bodas para ustedes.
✧✦✧
Jimin y Jungkook se encontraban afuera, parados frente al balcón del departamento.
—Oye Jungkook —le habló capturando su atención.
—¿Qué pasa?
Días anteriores Jimin había estado debatiéndose entre si confesarle directamente sus sentimientos a Jungkook, iban a casarse y se supone que sólo es por un acuerdo monetario, sin embargo sentía que lo correcto era confesarse y que él decidiera si eso afectaba o no su acuerdo.
—Es que yo tengo algo que decirte —confesó—. No es algo fácil pero creo que lo correcto es decirlo así que lo haré ahora que tengo valor para hacerlo.
Jungkook se mantuvo en silencio, prestando atención e indicándole así que podía seguir hablando.
—Yo t...
El teléfono de Jungkook sonó de pronto, interrumpiendo su confesión.
—Lo siento —se disculpó el pelinegro, sacó su teléfono y sin ver el número rápidamente cortó la llamada para volver a prestarle atención al ojiazul—, continúa por favor.
Jimin asintió con la cabeza, abrió la boca pero no pudo pronunciar ni una sola palabra porque nuevamente volvió a sonar el teléfono.
—Mejor contesta, quizás sea importante.
Jungkook asintió y aceptó la llamada.
—¿Hola?
—Oye, necesito que vengas a mi casa ya mismo. Es urgente que hablemos en persona, por favor no tardes —le dijo Seokjin y cortó.
Jungkook apartó el móvil de su oreja y miró a Jimin, disculpándose de ante mano con la mirada.
—Tengo que irme. Jin necesita hablar conmigo urgentemente —explicó.
—No te preocupes, ve.
—De acuerdo —le regaló una última sonrisa antes de marcharse.
Unos momentos después Ayla, quien estaba durmiendo en el moisés en la sala de estar, comenzaba a despertarse. Jimin entró y se acercó, tomó a su bebé en brazos ya cuando ella abrió bien sus ojitos.
—Hola mi amor —le dio un besito en su frente—. ¿Dormiste bien? —la pequeña le sonrió.
Jimin se quedó mirando a su bebé.
—¿Acaso fue una señal del universo para evitar ser rechazado? —se preguntó así mismo, luego negó con la cabeza—. No, quizás fue una señal para que nuestra boda siga en pie, a lo mejor no era el momento adecuado —sonrió sin mostrar sus dientes.
Por ahora solo disfrutaría del tiempo que pasaba con él, sin esperar nada a cambio como lo venía haciendo hasta ahora, ya tendría otra oportunidad para confesarse.
La pequeña Ayla alzó su manita y le tocó el pecho a su padre.
—¿Tienes hambre mi amor? —ella sonrió—. Bien, vamos a preparar tu fórmula.
✧✦✧
Jungkook iba de regreso a casa luego de haber ido a ver a Seokjin, al final lo que necesitaban hablar con urgencia solo fue una mentira, la realidad era que sus amigos le organizaron una despedida de soltero.
Afortunadamente solo fue una pequeña reunión entre ellos donde hubo mucho alcohol y comida, pero él no había tomado ni un solo vaso de licor.
Su teléfono vibró así que aceptó la llamada rápidamente, luego dejó el teléfono a un lado con el altavoz puesto.
—Hola.
—Hola, ¿ya vienes?
—Llegaré en un rato más, ¿por qué?, ¿pasó algo?
—No, no te preocupes. Sólo quería preguntarte algo...
—De acuerdo, te escucho.
—Es que hace rato se me olvidó preguntar qué postres elegirías para el banquete.
Por sugerencia de Jungkook los postres que darían serían exclusivos de la pastelería: "Creatura del luna", pensó que podrían hacerle promoción al negocio de manera sutil en la boda.
—Así que... ¿Cuales te gustarían? —preguntó.
El pelinegro no contestó.
—¿Entonces? —inquirió nuevamente al no recibir respuesta.
—Disculpa, ¿qué me dijiste?
—Que qué tipo de postres te gustan para así agregarlos al banquete —repitió con un tono suave y lindo en su voz.
—Oh sí, lo siento.
No era su intención no ponerle atención pero desde hace un rato notó que un auto de color azul marino, sin placas y con los vidrios polarizados, lo estaba siguiendo. Esto después de haber salido de la casa de Seokjin, al inicio creyó que iban por la misma dirección sin embargo cada vuelta que daba, si disminuía o subía la velocidad, ese auto copiaba sus acciones.
—Mmm, cualquiera que elijas me parece bien —miró hacia atrás por el retrovisor y permaneció en silencio mientras presionaba ligeramente el acelerador del automóvil, después redujo la velocidad.
—Pero yo ya escogí, dijimos que ambos elegiríamos dos y ahora te toca a ti.
—¿Te parece si lo hablamos ahora que llegue?
Hubo un momento de silencio.
—Sí, de acuerdo —dijo finalmente Jimin
—Bien, nos vemos —cortó la llamada sin apartar la mirada del retrovisor.
Se dirigía al departamento pero ir ahí sería peligroso para Jimin y la bebé, no sabía con qué intenciones lo están persiguiendo así que decidió desviarse de su trayecto original tomando una calle ajena e intentó perder el coche en una encrucijada, sólo que este se aproximó con demasiada velocidad a él que no logró hacerlo.
—¿Qué puedo hacer? —se preguntó mirando constantemente hacia atrás pero sin dejar de prestar atención al frente y a los pocos autos que rebasaba.
Tras pensarlo hizo lo único que le vino a la mente, se metió en otra avenida que daba hacia la estación de policía y detuvo el auto unos metros más adelante de la estación, para su sorpresa el vehículo que lo seguía también se paró detrás de su coche. Al parecer no le importaba que la policía estuviera enfrente, eso era raro.
Se quitó el cinturón de seguridad y se bajó de su auto, se acercó a la ventana del conductor y con su mano golpeó el vidrio un par de veces, pero no de una manera agresiva, sólo lo hizo para llamar la atención del oficial que estaba afuera de la entrada.
✧✦✧
—Lo lamento mucho, señor —dijo apenado.
La persona que lo seguía no era ni más mi menos que Mingyu, un chico de apenas 21 años y era el hijo de Sara, la ama de llaves de la mansión, trabajaba como jardinero y Jungkook lo conocía muy bien.
—¿Por qué me estabas siguiendo Mingyu? —pidió una explicación de manera tranquila.
—Sólo estaba cumpliendo con las órdenes que me dio el señor Hyuwon —confesó cabizbajo y con sus ojos rojos.
—¿Te mandó a seguirme?
Mingyu asintió con la cabeza.
—Desde hace varios días que lo sigo y le estuve informando al señor Hyuwon todo lo que hacía, lo lamento mucho.
—¿Te está obligando?
Mingyu empezó a sollozar y asintió con la cabeza.
—Me amenazó con despedir a mi mamá si no lo hacía.
Jungkook negó con la cabeza.
—¿Pero cómo pudo decir eso si él ni siquiera vive en la mansión?
Los ojos de Mingyu se abrieron en grande, en señal de sorpresa.
—¿Usted no lo sabe?
—¿Saber qué?
✧✦✧
Jungkook llegó a la empresa y sin perder tiempo entró a esta. Sabía que su tío seguía en la oficina ya que antes de ir lo había confirmando tras llamarle a Mina, la ahora secretaria de Hyuwon.
Mina se puso delante de Jungkook para impedirle el paso, le dijo que no podía pasar porque el presidente no quería ser molestado.
—Por favor vete a casa ya.
—Pero es que él...
—No te preocupes, no te hará nada.
Aunque no muy segura, asintió con la cabeza y se hizo a un lado, ¿cómo no iba a hacerle caso a su verdadero jefe?
Una vez que vio como la chica se alejaba tras tomar sus cosas, entró a la oficina cerrando la puerta con algo de fuerza y mirando con enojo a su tío.
Hyuwon apartó la vista de la computadora.
—¿Qué te trae por aquí? —fue el primero en hablar, luego agarró una carpeta que tenía al lado y comenzó a revisar los papeles.
—Tú me has hecho venir.
—¿En serio?
—Hasta parece que en verdad trabajas como si fueras un presidente.
Hyuwon sonrió.
—Por lo menos puedo, cosa que tú no.
Jungkook soltó una pequeña risa, se acercó al escritorio y tomó asiento en una de las sillas. Observó alrededor unos segundos, la oficina de su abuelo había cambiado rotundamente y nada demostraba la esencia del señor Hongseok.
—Cambiaste la decoración —comentó, cuando asumió la presidencia ni siquiera ocupó la oficina de su abuelo y mucho menos pensó en cambiar algo dentro de ella.
—Claro, el viejo tiene mal gusto y su estilo vintage no va conmigo —continuaba con la vista en los documentos, no eran importantes y ni necesitaba leerlos pero era más interesante mirarlos a ellos que a Jungkook—. ¿Qué quieres?, tengo mucho qué hacer.
Eran varias cosas que Jungkook tenía que decirle, pero lo hecho, hecho estaba así que ahora pasaría directo al tema importante.
—No tengo mucho tiempo así que iré al grano.
—Ajá —sinceramente no le interesaba lo que pudiera decirle por lo que no le prestaba atención.
—Él ya me lo dijo todo.
—¿Quién?
—No te hagas el tonto porque ya lo conoces.
«¿Acaso ya sabe la verdad? ¿Mi padre le dijo que puede deshacerse de mí con sola una junta con la directiva?» se preguntó Hyuwon. «No, de ser así ya la hubiera convocado sin venir a verme.»
—¿Y qué hice? —cuestionó.
«¿Acaso sabe que lo mandé a seguir?»
—Quizás lo hiciste porque pensabas que no podía tomar acciones en tu contra, pero parece que no te has dado cuenta de que ahora sí puedo darte pelea y no quedarme de brazos cruzados.
—¿En serio? —se burló—. Tus palabras no tienen sentido alguno para mí —definitivamente no sabía nada y solo hablaba por hablar, o en todo caso pensó que lo decía por el contrato que había hecho perder.
Justo en ese momento su teléfono vibró, lo tenía a un lado de la computadora.
—Disculpa, esto es más importante —comentó Hyuwon.
Jungkook negó con la cabeza y vio como su tío agarraba el teléfono para luego contestar. Se le quedó observando con el ceño ligeramente fruncido y despreciándolo con la mirada, era increíble que siguiera fingiendo que no sabía nada cuando obligó a Mingyu a seguirlo.
—Tengo noticias —dijo apresurado.
Por primera vez, Yeosang había pasado por alto las formalidades por lo cual Hyuwon dedujo que era un tema sumamente importante. Era arriesgado que hablaran delante de Jungkook así que le bajó el volumen a la llamada de manera sutil.
—¿Qué pasa? —inquirió mientras Jungkook observaba a los alrededores.
—Mi fuente me llamó y dijo el nombre del prestamista al que su sobrino fue a ver.
Tras escuchar el nombre, Hyuwon abrió los ojos un poco más de lo normal y luego frunció el ceño.
—¿Estás seguro? —repitió con lentitud, sintiendo como su garganta se secaba, es que no podía creerlo.
—Fui personalmente a verlo y aunque ya pasó un tiempo pude reconocerlo.
—¿Es en serio?
—Sí señor.
Hyuwon se puso pálido tras recibir tal información, estuvo a punto de soltar el teléfono y por primera vez en todo el rato miró a su sobrino. Ahora las palabras de Jungkook cobraban sentido, con: "Él ya me lo dijo todo" se refería al préstamo.
«No puede ser» se repetía escandalosamente en su mente apunto de entrar en pánico. «No puede ser cierto»
—¿Estás bien? —dijo tras ver su expresión como si hubiera visto a un fantasma pero no era preocupación, sólo curiosidad—. ¿Acaso te dijeron algo que no querías escuchar?, bueno, igual no me importa.
Jungkook se puso de pie, ya había estado mucho tiempo ahí.
—Bueno, no dirás nada y tampoco asumirás lo que hiciste —habló—, pero eso está bien. Aunque no lo aceptes no lo dejaré pasar.
Hyuwon se levantó de su silla de forma agresiva.
—No te atrevas a acusarme de algo que no sabes realmente —advirtió y apoyó con fuerza sus manos sobre la superficie plana del escritorio.
—Si no supiera que lo hiciste no te estaría diciendo algo.
Hyuwon se quedó callado y trató de mantener la calma pero su corazón se aceleraba y no por una buena razón. Con cada segundo que pasaba su ansiedad crecía notoriamente.
—¿Es una amenaza? —inquirió unos segundos después mirándolo con molestia y apretando sus puños.
Jungkook trató de entender el comportamiento que su tío tomó, pero luego relajó su rostro, no importaba mucho ya que siempre había sido así, cambiaba constantemente de humor de un momento a otro.
—Tómalo como quieras, ya me voy —se dio la vuelta y salió de la oficina.
Hyuwon se sentó nuevamente, aún pálido, eso fue una clara amenaza para él, entonces sus suposiciones que hizo anteriormente eran ciertas. Hyuwon pensó que Jungkook ya sabía todo y que era solo cuestión de tiempo antes de que tomara acciones en su contra.
—No puedo permitir que me destruya —negó efusivamente con la cabeza—, no ahora que tengo el poder —debía tomar acciones ya y adelantarse a Jungkook.
Sin perder más tiempo le llamó a Yeosang.
—Necesito matarlo —habló en cuanto su llamada fue aceptada.
—¿A quién?
—A mi sobrino, tengo que deshacerme de él antes de que haga algo.
—Está bien señor, iré a verlo de inmediato.
✧✦✧
—¿Entonces de esa forma será más efectivo? —inquirió Yeosang tras escuchar la propuesta de Hyuwon.
—Así es, la warfarina actúa rápidamente —comentó—. Además, no contiene ningún sabor así que es más fácil.
—¿Pero cómo haremos que lo ingiera y que no sospeche? —preguntó Yeosang.
—Me enteré que los postres que darán en el banquete los hará Park Jimin —comentó Hyuwon.
Yeosang sonrió empezando a entender el plan, Yeosang era un hombre de más de 40 años, de cabello negro, de piel pálida, mantenía su cuerpo en forma haciéndolo ver más joven y sin duda alguna era alguien que intimidaba a los demás no solo por sus músculos sino también por su rostro.
—Jungkook no dudaría en comer algo que preparó directamente su amado, puedo deducir que Jimin le mostrará los postres un día antes para pedir su opinión así que él los comerá sin problemas.
—Entonces lo único que debemos hacer es poner la warfarina en los postres —dijo Yeosang.
Hyuwon asintió con la cabeza.
—Pero, ¿y si ambos lo comen?
—No importa, mataría a dos pájaros de un tiro —dijo Jeon—. Busca a alguien adecuado para el trabajo.
—Enseguida.
✧✦✧
Un día antes de la boda.
Jimin cerró la puerta de su pastelería y luego comenzó a limpiar el mostrador. Era el final del día y estaba listo para irse a casa, sólo estaba esperando a Taehyung y Ayla, el rubio se la había llevado al centro para comprarle un accesorio para su cabello, según él era lo único que le faltaba para que el vestido de la bebé luciera más.
Al terminar de limpiar el mostrador, acomodó los postres que le llevaría a Jungkook en una cajita, iba a guardar la caja pero escuchó un golpe en la puerta y vio a una chica con flequillo parada al otro lado.
Se acercó con la caja en las manos.
—Sé que ya está cerrado pero por favor, necesito un pastel para el cumpleaños de mi mamá —dijo la chica desde el otro lado del cristal.
Al ver la mirada suplicante de la chica, Jimin decidió abrir la puerta de nuevo.
—Claro, pasa.
Mientras la chica entraba, Jimin se dio la vuelta, caminó y dejó la caja en el mostrador.
—Ya que es tarde sólo me queda un pastel de... dulce de leche, otro de oreo y uno de red velvet —informó amable—. ¿Te gusta alguno?
La chica observó los pasteles que estaban en el mostrador, de los mencionados sólo faltaba el primero.
—El de dulce de leche.
Jimin asintió.
—Bien, iré a traerlo —ese lo había guardado en el enfriador de adentro.
Cuando se acercó un poco más y miró los postres que estaban en la caja. Sin duda eran lo que le habían mencionado, aprovechando la ausencia del ojiazul la chica sacó rápidamente una jeringa y unos frasquitos de warfarina de su bolsa y llenó la jeringa con el líquido del primer frasco. Luego, abrió la caja otra vez y le inyectó el líquido a los cuatro postres.
Justo cuando terminaba, Jimin regresó con el pastel así que guardó la jeringa y los frascos con mucha rapidez.
—Aquí está —dejó el pastel sobre el mostrador—. ¿Te gustaría que le pusiera alguna frase?
La chica negó.
—No, así está bien —pagó por el pastel—. Gracias —le dijo antes de marcharse.
Jimin se quedó un poco desconcertado, la chica no esperó su cambio y se fue casi corriendo.
Unos momentos después guardó la caja con los postres en una bolsa sin saber que ahora llevaría algo sumamente peligroso para él y para Jungkook.
✧✦✧
Jimin llegó a casa y tras hacer dormir a Ayla fue a la habitación de Jungkook.
—Hey —le habló, él estaba sentado delante de la computadora en su escritorio—. Te traje algo —le dijo con una sonrisa mientras le enseñaba la cajita de color rosa.
—¿Pastel? —inquirió.
—Casi le atinas.
Jimin se acercó y tomó asiento en la orilla de la cama, quedando frente a Jungkook.
—Quiero que pruebes los postres que escogí y me digas si te gustan —Jimin puso la cajita sobre las piernas del más alto—. Vamos, pruébalos.
—Bien.
Jungkook abrió la caja y miró los cuatro postres.
—¡Oh vaya!, se ven deliciosos.
Jimin sonrió, la primera impresión fue excelente.
—Prueba el cake pops, es uno de mis favoritos.
Jungkook asintió y tomó el cake pops, y le dio una mordida a lo que parecía una paleta. Masticó lentamente para poder disfrutar el sabor.
—Mmm, es como una explosión de dulzura en mi boca —comentó fascinado.
Luego, probó el cheesecake de fresa.
—Este es genial. La fresa es fresca y el queso es cremoso, pero un poco demasiado dulce para mi gusto —dijo con sinceridad.
—Está bien, ahora prueba el tiramisú.
Jungkook le hizo caso.
—Este es interesante —dijo tras probarlo.
—El café es fuerte, pero no demasiado amargo cuando lo pruebas —comentó Jimin.
—Así es, es demasiado rico. Me gusta mucho y me gusta la textura que tiene.
Jimin sonrió contento, había elegido el tiramisú porque a Jungkook le gustaba mucho el café.
—Prueba el último.
Jungkook probó el brownie y sin duda alguna le encantó.
—Este es suave por dentro y muy crujiente, me gusta el chocolate y el maní. Y también la decoración con la hojita de menta y el pedazo de durazno en circular.
—¿Te parecen una buena elección?
—Sin duda alguna, son excelentes opciones. Gracias por esmerarte tanto y perdón por dejar todo en tus manos en cuanto a esto.
Jimin negó, restándole importancia con una bonita sonrisa.
—No te preocupes, tú también tenías mucho que hacer así que lo entiendo.
—Bien.
Jungkook le extendió la cajita a Jimin.
—¿Quieres?
Jimin negó con la cabeza.
—No, gracias. Quiero que tú los disfrutes.
Jungkook sonrió en grande, podía comerlos todos.
—Gracias.
—Bueno, yo me iré a dormir. Mañana tendremos un día intenso.
—Espera, debemos revisar si tenemos todo listo para la boda.
—¿Quieres que repasemos la lista?
—Sí.
—Bien, veámoslo en la sala en un rato. Sólo iré a ver a Ayla y me daré un baño.
—De acuerdo.
Cuando Jimin se fue, Jungkook no tardó en terminar de comerse los postres.
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